Y es que sentía la necesidad de volver a aquellos tiempos en los que hacía muchas horas de radio en solitario. Necesitaba enfrentarme de nuevo cara a cara con un micrófono. También, ¿Por qué no Decirlo?, tenía un montón de reflexiones que compartir.
Lo que si me gustaría dejar claro es que no quiero dar un sentido evangelizador ni convencer a nadie sobre nada de lo que hablo en mis ratos. Todo forma parte de una visión muy subjetiva de nuestra sociedad. Me equivocaré en muchos aspectos, seré incorrecto en otros, y tendré una percepción distinta a la tuya en la mayoría.
¿Y la música?… perdón por interrumpir con música. Alguien incluso me lo ha echado en cara, pero no entiendo hablar delante de un micrófono sin llevarme unas cuantas canciones bajo el brazo. La música y yo vamos de la mano.